MACARENA Dale a tu cuerpo alegría, Macarena, deja que el alma lo llene de verdad, que ser un cuerpo es mentira y es la pena de no vivir en amor y en libertad. Dale a ese cuerpo aparente la belleza que sólo el alma comparte por los dos, porque negar su evidencia es la tristeza de no sentirnos los vástagos de Dios. Deja al soldado y al corte anglosajón, que nos engañan lo mismo que en el juego se engaña al toro para que triunfe el ego y se condene a la muerte al corazón. Dale a tu cuerpo el tesoro de tu alma que sólo ofrenda alegría y cosa buena y en su apariencia lo ve quien lo desalma... ¡Dale a tu cuerpo alegría, Macarena! Jesús María Bustelo Acevedo
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