EN EL PRINCIPIO FUE EL VERBO El Verbo fue en el principio, pero no el verbo de un ripio terrenal, sino el Verbo del Edén, más allá del falso bien y del mal. Y luego se conjugó, porque Dios se complació con los juegos; que el que juega y se complace, con su inocencia deshace fatuos egos. Porque jugar es vivir, pero no hacerlo es morir cual iluso que abandona la verdad que nuestra Divinidad nos dispuso. Por eso, vuélvete siervo de ese misterioso Verbo y haz que vibre tu latir con el de Dios, que al hacer Uno los dos eres libre. Jesús María Bustelo Acevedo
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