El Amigo
EL AMIGO
Pasa en vela las noches, pero él sigue a la espera
y sus ojos cansados no dejan de llorar;
él sabe con certeza que aquel hombre que fuera
la razón de su vida no lo va a abandonar.
Aquellos que no entienden, con disgusto lo miran,
y no falta tampoco quien se burle de él;
pero los que comprenden lo que pasa se admiran
de que en el mundo haya alguien que pueda ser tan fiel.
Los paseos, aquellas luminosas mañanas,
cuando feliz lo hiciera con un poco de amor,
todo ha acabado... Y pasan los días, las semanas,
y no hay verdad más grande que su noble dolor.
Y aún sigue allí, a las puertas del hospital, Canelo,
solo, triste y enfermo, a punto de expirar;
ya ni ladra ni gime ni sabe si hay un Cielo
donde su viejo dueño lo vuelva a acariciar.
Jesús María Bustelo Acevedo
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