LA JAULA
Pobre pájaro en su cárcel,
nadie habrá que lo libere,
y jornada tras jornada
come, bebe, canta, duerme...
Yo te miro, solitario,
y mirarte me entristece,
que no hay penas en tu jaula
que las mías no recuerden.
Sin trabajo, sin destino,
sin más vida que la muerte,
con mi canto que ni ha sido
ni será quien me alimente,
sin amor y sin caricias,
con mis dos alas inertes.
Pobre pájaro en su cárcel,
¿nada habrá que te libere?
Jesús María Bustelo Acevedo
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