980-Ángel Canfranc Domínguez



SÚPLICA

Estoy aquí, ceñido de cadenas,
hambriento hasta la sed; fuente de llanto
después de tanta luz; silencio tanto,
que se escucha el abismo de mis penas.

Agua-sangre circula por mis venas
que corroe los huesos de mi canto.
Y el abril de un florido desencanto
me convoca al altar de las arenas.

¿Estáis ahí, mi Dios? ¡Baja hacia mí
en un gesto de amor, de amor humano!
Yo... humildemente solo iré hasta Ti.

Y aunque sea cual soy: cual un hermano
de la Nada -lo mismo que ayer fui-
tendríamos los dos un mano a mano.

Ángel Canfranc Domínguez

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