793-Mariano Lorenzo Melgar Valdivieso



YARABÍ

Vuelve, que ya no puedo
vivir sin tus cariños,
vuelve mi palomita,
vuelve a tu dulce nido.

Mira que hay cazadores
que con afán maligno
te pondrán en sus redes
mortales atractivos;

Y cuando te hagan presa
te darán cruel martirio:
no sea que te cacen,
huye tanto peligro.

Vuelve mi palomita,
vuelve a tu dulce nido.

Ninguno ha de quererte
como yo te he querido,
te engañas si pretendes
hallar amor más fino.

Habrá otros nidos de oro,
pero no como el mío:
por quien vertió tu pecho
sus primeros gemidos.

Vuelve mi palomita,
vuelve a tu dulce nido.

Bien sabes que yo, siempre
en tu amor embebido,
jamás toqué tus plumas,
ni ajé tu albor divino;

si otro pudo tocarlas
y disipar su brillo,
salva tu mejor prenda,
ven al seguro asilo.

Vuelve mi palomita,
vuelve a tu dulce nido.

¿Por qué, dime, te alejas?
¿Por qué con odio impío
dejas un dueño amante
por buscar precipicios?

¿Así abandonar quieres
tu asiento tan antiguo?
¿Con que así ha de quedarse
mi corazón vacío?

Vuelve mi palomita,
vuelve a tu dulce nido.

No pienses que haya entrado
aquí otro pajarillo:
no, palomita mía,
nadie toca este sitio.

Tuyo es mi pecho entero,
tuyo es este albedrío;
y por ti sola clamo
con amantes suspiros.

Vuelve mi palomita
vuelve a tu dulce nido.

No seas pues, tirana:
haz ya paces conmigo:
ya de llorar cansado
me tiene tu capricho.

No vueles más, no sigas
tus desviados giros;
tus alitas doradas
vuelve a mí que ya expiro.

Vuelve, que ya no puedo
vivir sin tus cariños;
vuelve mi palomita,
vuelve a tu dulce nido.

Mariano Lorenzo Melgar Valdivieso

No hay comentarios:

Publicar un comentario