Si tu corazón es amplio como abarcar a tus adversarios, puedes ver a través de ellos y evitar sus ataques. Una vez que los has abarcado, serás capaz de guiarlos por el camino que cielo y tierra te han señalado.
Libre de toda debilidad, No tendiendo a ignorar El crudo ataque De tus enemigos: ¡Osa y actúa!
No encares este mundo con temor y rechazo. Afronta con valor todo lo que los dioses te ofrecen.
Cada día de la vida humana contiene ira y alegrías; dolor y placer; luz y oscuridad, crecimiento y decadencia. Cada momento está marcado con el gran propósito de la naturaleza; no trates de oponerte o negar el orden cósmico de las cosas.
Agradece siempre, incluso las derrotas, las penurias y a las personas malas. Aprender a moverse con tales obstáculos es una parte esencial del entrenamiento en el Arte de la Paz.
El Arte de la Paz es una forma de plegaria que genera luz y calor. Olvida tu pequeño ser, libérate del apego a todo objeto, y emanarás luz y calor. La luz es sabiduría; el calor es compasión.
El Arte de la Paz es la religión que no es una religión; totaliza y completa todas las religiones.
Morihei Ueshiba
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