321-Félix María del Monte



A LA NOCHE

Un tiempo con ardor por ti anhelaba,
tu sosegado imperio apetecía
y en él, junto a la hermosa amada mía,
tus horas entre el júbilo contaba.

Si amante Diana su Endimión buscaba
y con plateados rayos nos hería;
si allá a lo lejos céfiro gemía
o el mar en la ribera rebramaba,

eres hermosa, ¡oh noche! Mi divina
idolatrada Flérida presente,
la majestad te daba que perdiste.

¿Qué dices hoy al corazón? Mezquina
luce la luna, miro indiferente
el tachonado manto que te viste.

Félix María del Monte

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