RESURRECTIO
Pobres almas devotas que oráis en los altares
de los vetustos templos, con vuestros ojos fijos
en los mudos retablos de los viejos altares,
al pie de los siniestros y torvos crucifijos.
Alzaos, almas en pena, y tended libre el vuelo
más allá de los puros espacios azulados;
no es en los turbios templos donde nos muestra el Cielo
la divina aureola de sus ritos sagrados.
Volad hacia la alegre senda clara y florida
entre cuyas florestas corre rauda la vida,
de la aurora radiante bajo el terso arrebol;
orad ante la imagen de la Madre Belleza,
ante el altar augusto de la Naturaleza,
pletóricas de aire y borrachas de Sol.
Humberto Rivas Panedas
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