EL SUEÑO DE ADÁN
Hoy la novena lección
voy a cantárosla en versos,
a ver si torno el discurso
un poquito más ameno.
Este sencillo romance
creo que vendrá perfecto...
Perfectos, precisamente
así por Dios fuimos hechos,
y son las mismas que Él
las virtudes que tenemos.
Somos, hombres y mujeres,
en lo vano y en lo cierto,
misteriosos creadores
como el Creador Primero,
pero que en vez de Belleza
creamos algo más feo:
las falsas caricaturas
que fabrica nuestro ego,
lejos del Edén que fuimos,
y somos, aunque ignoremos
que a nuestras almas, eternas,
no las enturbian los sueños
de separación, carentes
de culpa, dolor y miedo
con los que jugando erige
sus desvaríos el ego.
Y, ¡qué importa!, si esos mundos,
más que falsos, ya están muertos,
y no están entre los bienes
de nuestro Ser Verdadero.
Jesús María Bustelo Acevedo
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