MADRE DEL MUNDO
La paz es una mujer,
Madre del mundo,
a quien ha enviado Dios
para que pose con ternura su mano
sobre las frentes febriles de mil niños.
En su apacible seguridad
no hay temor alguno,
y brota desde sus pechos tal quietud
que ellos pueden acomodarse y sentirse tranquilos.
Tiene un mensaje para sus asustados corazones
de Aquel que la envió.
Escucha ahora
a aquella que es tu Madre
en el nombre del Padre:
"No prestes atención a las voces del mundo,
no intentes crucificar de nuevo
a mi Hijo primogénito,
que continúa siendo tu Hermano."
El Cielo brillaba en sus ojos,
porque contemplaba a aquel Hijo
que fue el primero.
Y ahora ella te mira
para encontrarlo en tu propio ser de nuevo.
No le niegues a la Madre del mundo
la única cosa que quisiera ver,
pues es precisamente todo lo que tú quieres encontrar.
Helen Schucman
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