"La noción de Dios es la noción íntima, profunda, más allá de mi propio ser, pero que se expande sin límites. Por lo tanto, cuanto más yo me abro a Dios, auténticamente, más yo soy. Dios no es la negación de mí, sino la única y más rotunda afirmación de mi yo, puesto que es su expansión infinita, ilimitada.
"Pero, además, lo que yo ya soy normalmente, como fuente de mi propio mundo de energía, de inteligencia y de felicidad, aquí lo estoy recibiendo en grande y de manera ilimitada. Estoy con la fuente infinita de todo esto. En la medida es que permanezco abierto a esta Presencia desde mi intimidad, puedo ser canal de recepción, sin límites, sin nada que lo pueda interferir, de toda la abundancia que es el Infinito.
"Paralelamente a esto, quedo en armonía con todas y cada una de las personas y con todas y cada una de las circunstancias. Me doy cuenta de que soy expresión de una inteligencia, de un poder, y que ese poder se expresa en mí y es el mismo que se expresa en el otro."
Antonio Blay, "Creatividad y Plenitud de Vida"
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