TU MIRADA
Mirándome a los ojos, sumergiste
todo tu ser en mi interior; perplejo,
de tu mirada viendo en el espejo,
me quedé al contemplar a aquel que viste:
El poeta de piedra al que pediste
cariño, o cuanto menos un bosquejo,
el mismo que te aparta en un consejo
el mismo que te aparta en un consejo
pero cuando te vas se pone triste.
Mirándome, brotó la maravilla
de esa perla avanzando en tu mejilla
de esa perla avanzando en tu mejilla
que era el grito callado del dolor.
Mas tocado por ver cuánto sufrías,
y anhelando llenarte de alegrías,
te dije que te amaba sin rubor.
Walt Whitman
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