268-Clara María de Castro y Andrade



MADRIGAL

Anarda, con tu aliento,
el consagrado coro de las nueve,
en sonoro concento,
por tu decoro, por tu honor se mueve.
Hoy triunfa Manzanares,
hoy por ti le veneran
el Tajo, el Tormes, el Genil y Henares.
Hoy cuantos beneméritos esperan
los laureles de Apolo,
en postrado, aunque honroso, rendimiento,
el suyo no, tu plectro invocan sólo.
Hoy la más digna, la que osada intenta,
generosa ambición, silla en tu coro,
que, preferida, el número engrandeces,
de emulación exenta
opuesta a tu decoro
bien tu valor en su ignominia creces,
décimo, a su pesar, tu nombre cuenta.
¿Qué deidad, pues, qué culto no mereces?
¡Vive, oh musa gallarda,
tu propia eternidad, divina Anarda!

Clara María de Castro y Andrade

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