Ocaso

Agótase nuestra vida sin murmullos ni quejas,
abandonando el mundo después de haberlo colmado de beneficios.
Así, el sol, cuando ha terminado su carrera diurna,
extiende aún por el cielo una luz dulce,
y los últimos rayos que lanza en el aire
son sus últimos suspiros por el bien del mundo.

Federico II de Prusia

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