I. CONCIENCIA PLENA
DEL CUERPO
(KAYANUPASSANA)
1.
Atención
a
la
respiración
Y
¿cómo
se
vive
consciente
del
cuerpo
en
el
cuerpo?
He
aquí
que
un
practicante
va
al
bosque,
al
pie
de
un
árbol
a
un
lugar
solitario,
se
sienta
con
las
piernas
cruzadas,
mantiene
su
cuerpo
erguido
y
su
atención
alerta.
• Atento
inhala
y
atento
exhala
.
Al
hacer
una
inhalación
larga,
sabe:
“Esta
es
una
inhalación
larga".
Al
surgir
una
exhalación
larga,
sabe:
“Esta
es
una
exhalación
larga".
Al
surgir
una
inhalación
corta,
sabe:
“Esta
es
una
inhalación
corta".
Al
surgir
una
exhalación
corta,
sabe:
“Esta
es
una
exhalación
corta".
"Consciente
de
la
respiración
en
todo
el
cuerpo
inhalo.”
"Consciente
de
la
respiración
en
todo
el
cuerpo
exhalo.”
"Permitiendo
que
se
calme
el
cuerpo
inhalo";
"permitiendo
que
se
calme
el
cuerpo
exhalo,”
así
se
ejercita.
• De
la
misma
manera
que
un
tornero
experto,
o
su
aprendiz,
sabe
al
labrar
una
espiral
grande,
“Estoy
labrando
una
espiral
grande",
o
al
labrar
una
espiral
corta,
sabe,
“Estoy
labrando
una
espiral
corta",
cuando
la
inhalación
es
larga,
uno
sabe:
"
Esta
es
una
inhalación
larga";
cuando
la
inhalación
es
corta,
uno
sabe:
“Esta
es
una
inhalación
corta".
Calmando
la
actividad
corporal
inhala;
calmando
la
actividad
corporal,
exhala,
así
se
ejercita.
2.
Las
posiciones
del
cuerpo
Cuando
un
monje
camina,
sabe:
“Estoy
caminando";
cuando
permanece
de
pie,
sabe:
“Estoy
de
pie";
cuando
está
sentado
sabe:
“Estoy
sentado";
cuando
se
acuesta
sabe:
“Estoy
acostado";
y
también
tiene
conciencia
de
cualquier
otra
posición
del
cuerpo.
3.
Claridad
Asimismo,
uno
aplica
claridad
al
avanzar
y
al
retroceder;
al
mirar
hacia
adelante
y
al
mirar
alrededor;
al
extender
y
encoger
los
miembros;
al
vestir
la
ropa
y
al
llevar
el
bol
de
limosnas;
al
comer,
al
beber,
masticar
y
saborear;
al
andar,
permanecer
de
pie,
sentarse,
dormirse,
al
despertar,
al
hablar
y
al
callar.
4.
Reflexionar
en
lo
que
sientes
repulsivo
del
cuerpo
Uno
reflexiona
sobre
su
propio
cuerpo,
envuelto
en
la
piel,
con
todo
y
sus
impurezas,
de
la
planta
de
los
pies
hacia
arriba
y
de
la
coronilla
hacia
abajo,
y
reflexiona
así:
"Hay
en
este
cuerpo:
pelos
en
la
cabeza,
vello
en
el
cuerpo,
uñas,
dientes,
piel,
carne,
tendones,
huesos,
tuétanos,
riñones,
corazón,
hígado,
pleura,
bazo,
pulmones,
intestinos,
mesenterio,
estómago,
heces,
bilis,
flemas,
pus,
sangre,
sudor,
grasa
sólida,
lágrimas,
grasas
líquidas,
saliva,
mocos,
fluido
sinovial,
orina."
Es
como
tener
un
saco
de
provisiones,
de
aquellos
con
dos
aberturas,
lleno
de
diversas
clases
de
grano,
tales
como:
arroz
de
montaña,
arroz
corriente,
alubias,
guisantes,
sésamo,
arroz
perlado,
y
un
hombre
que
tiene
buenos
ojos
lo
abre,
lo
examina
y
dice:
“Esto
es
arroz
de
montaña,
esto
arroz
corriente,
esto
son
alubias,
esto
son
guisantes,
esto
es
sésamo,
esto
es
arroz
perlado."
5.
Reflexión
sobre
los
elementos
materiales
Uno
reflexiona
sobre
su
propio
cuerpo,
en
cualquier
lugar
o
posición
en
que
se
encuentre,
pensando
en
sus
elementos
materiales:
“En
este
cuerpo
hay
el
elemento
tierra,
el
elemento
agua,
el
elemento
fuego,
el
elemento
aire".
Como
si
un
carnicero
experto
o
su
aprendiz
que,
tras
sacrificar
a
una
vaca
y
dividirla
en
partes
se
ponen
a
venderlas
en
el
cruce
de
cuatro
carreteras.
6.
Las
nueve
contemplaciones
del
cementerio
- Cuando uno ve un cuerpo que lleva un día muerto, o dos días muerto, o tres días muerto, hinchado, amoratado y putrefacto, tirado en el osario, aplica esta percepción a su propio cuerpo de esta manera: “Es verdad que mi cuerpo también tiene la misma naturaleza, se volverá igual y no escapará a ello."
- Cuando uno ve un cuerpo tirado en el osario, que está siendo devorado por los cuervos, los gavilanes, los buitres, los perros, los chacales o por distintas clases de gusanos, aplica esta percepción a su propio cuerpo de esta manera: “En verdad que también mi cuerpo tiene la misma naturaleza, se volverá igual y no escapará a ello.»
- Cuando uno ve un cuerpo tirado en el osario, reducido a un esqueleto unido tan sólo por los tendones, y con algo de carne y sangre adherido a él...
- Cuando uno ve un cuerpo tirado en el osario, reducido a un esqueleto unido tan sólo por los tendones, embadurnado en sangre y sin carne.
- Cuando uno ve un cuerpo tirado en el osario, reducido a un esqueleto sin carne y sin sangre, unido tan sólo por los tendones.
- Cuando uno ve un cuerpo tirado en el osario y reducido a huesos sueltos esparcidos en todas las direcciones: por aquí los huesos de la mano, por allá los de los pies, los huesos de las espinillas, los de los muslos, la pelvis, las vértebras, el cráneo.
- Cuando uno ve un cuerpo tirado en el osario, reducido a huesos blanqueados como una concha.
- Cuando uno ve un cuerpo tirado en el osario, reducido a huesos de más de un año, amontonados.
- Cuando uno ve un cuerpo tirado en el osario, reducido a huesos podridos, reducido a polvo, entonces aplica esta percepción a su propio cuerpo de esta manera: “En verdad que también mi cuerpo tiene la misma naturaleza, se volverá igual y no escapará a ello."
Así
vive
consciente
del
cuerpo
en
el
cuerpo
interna
y
externamente.
Vive
consciente
del
surgimiento
de
las
sensaciones
corporales,
o
vive
consciente
del
surgimiento
y
la
disolución
de
las
sensaciones
corporales.
O
está
consciente
del
cuerpo
en
el
grado
necesario
para
conocerlo
con
claridad.
Y
vive
con
independencia,
sin
apegarse
a
nada
en
el
mundo.
Así
es
como
uno
vive
consciente
del
cuerpo
en
el
cuerpo.
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